automóvil [
au-to-mó-vil]
(Proviene de la palabra auto- y móvil).
(Ver también torpedo automóvil).
[adjetivo] Que
se mueve
por sí mismo.
- [sustantivo masculino]
Nombre usado para designar cierto tipo de
vehículo terrestre provisto de
un motor o de
una turbina de
gas que desarrolla la
fuerza propulsora necesaria para desplazarlo. El
conjunto del a. puede dividirse en
tres partes principales: la
mecánica, el
bastidor y la
carrocería. En la
parte mecánica cabe distinguir los elementos motrices, la
dirección y los dispositivos accesorios (instalación
eléctrica,
suspensión, frenos, etc. ). Los elementos motrices —motor, órganos de
transmisión y mecanismos de dirección—
se encargan de
todo lo relativo al funcionamiento y maniobrabilidad
del a. El
motor es
generalmente de
explosión, de 2-4 tiempos,
con distinto número de cilindros dispuestos en
línea o en
forma de V, alimentado
por un carburador o
inyector y refrigerado (agua de
un radiador,
aire de
una turbina, etc. ).
Se pone en
marcha mediante un motor de
arranque,
eléctrico,
cuya corriente, recibida de
un acumulador, impulsa
un volante acoplado al
eje del cigüeñal del motor.
Se da
paso entonces al
combustible, que en el
carburador se combina con el
aire y
forma la
mezcla explosiva, la
cual llega a los cilindros,
donde recibe la
chispa de
una bujía,
se inflama y produce la
onda expansiva que impulsa al
pistón.
Como la
serie de estas explosiones es
continua y
rápida, el
cigüeñal no interrumpe
sus giros y el
motor se mantiene en
marcha. Los combustibles utilizados corrientemente
son la
gasolina (vehículos ligeros) y los aceites pesados (para los que arrastran grandes cargas).
Aparte del de
explosión, a
lo largo de la
historia del a.
se han probado numerosos tipos de
motor,
desde el
primitivo de
vapor hasta los modernos de
turbina de
gas, pasando
por los de
resorte, de
reacción, etc. Últimamente
se estudian y experimentan los eléctricos y los de
turbina,
aunque todavía no se ha pasado de las pruebas y
ningún fabricante se ha decidido a construirlos en
serie. La
fuerza del motor se comunica a las ruedas
por medio de los órganos de
transmisión (embrague,
cambio de velocidades,
diferencial y
árbol de transmisión). El embrague es
un dispositivo a
base de dos discos o platos de
fricción, acoplados
uno al
cigüeñal o
árbol motor y el
otro al
árbol primario del cambio de marchas.
Cuando ambos discos están unidos, la
fuerza del motor pasa a la transmisión; al separarse,
motor y
transmisión quedan aislados y el
vehículo puede
permanecer inmóvil aunque el
motor funcione. El
cambio de velocidades consiste en
un sistema de engranajes que sirve
para cambiar la
relación entre la
velocidad de
rotación del motor y la de las ruedas, desmultiplicando o
multiplicando el
movimiento del árbol motor de
acuerdo con la
resistencia que deba véncer o la
velocidad que
se desee
imprimir al vehículo;
también permite la
marcha atrás. El
diferencial es
un mecanismo que, a
base de engranajes, compensa las diferencias de
recorrido y
velocidad que,
entre las ruedas,
se producen en las curvas,
donde la
rueda exterior ha de
cubrir en el
mismo tiempo un arco más largo que la
interior. El
árbol de
transmisión comunica a los ejes de las ruedas motrices la
fuerza del motor, recibiéndola a
través del movimiento del árbol secundario del cambio. Los dispositivos de la
dirección están gobernados
por el
volante, que actúa
sobre las ruedas
por medio de
un sistema cuya pieza principal es
un tornillo o
engranaje sin fin que permite el
mando del vehículo. En el
caso de vehículos pesados existen ciertos mecanismos, complementados
con dispositivos gralm. hidráulicos, que reducen el
esfuerzo que tenga que
desarrollar el
conductor. El
sistema de frenado funciona
mediante un pedal que, al accionarse, provoca el
roce de
unas zapatas
sobre la
parte interna de
un tambor solidario de las ruedas o el frotamiento de
unos discos forrados, que
se adosan a las paredes de
un tambor o
disco fijo; ello permite
detener el
vehículo. El
bastidor es la
armazón básica que soporta los órganos motrices y de
transmisión. Va unido a las ruedas y a la
carrocería mediante la
suspensión,
dispositivo atenuante de las brusquedades que a la
marcha pueden
producir los accidentes
del terreno. Los elementos que integran la
suspensión son los diversos resortes distribuidos
entre los ejes de las ruedas, el
bastidor y la
carrocería, la
elasticidad de los neumáticos y los muelles de asientos, respaldos, etc. En la
carrocería van instalados los asientos
donde se acomodan el
conductor y los pasajeros. La
carrocería incluye
también una serie de accesorios dispuestos
para aumentar la
comodidad de los usuarios
del vehículo (ceniceros,
radio, compartimientos diversos),
su seguridad (cinturones, extintor) o
su información (tablero de mandos y
control en el que
se reflejan los datos relativos a la
marcha de los principales órganos
del motor,
reserva de
aceite y
combustible,
velocidad, etc. ). Diseñadores y
demás expertos compiten
hoy en la
creación —a la
vez aerodinámica y
estética de las carrocerías e interiores
del automóvil.
Historia El
ingeniero francés Nicholas Joseph Cugnot construyó en 1771
lo que
se considera el
primer automóvil,
un vehículo de
tres ruedas movido
por vapor,
fuente energética que Thomas Newcomen había empezado a
aprovechar, en 1705, al
inventar la
máquina de
vapor atmosférica. Experimentos sucesivos condujeron al
motor de
gas de
doble efecto, presentado
por William Barnet en 1838,
tras la
aparición,
sobre todo en Inglaterra, de numerosas “diligencias de vapor”.
Hacia 1875, Nikolaus Otto creó la
compresión de cuatro tiempos
aplicada al
motor,
conocida aún hoy con el
nombre de “ciclo Otto”. El
primer a.
con motor de
explosión de
gasolina circuló en 1883, preparado
por Delamare-Deboutteville. Daimler y
Benz, en
Alemania, y Jean Lenoir, en Francia, construyeron a
continuación sus modelos de
coche con motor de
gasolina. En
América, el
primer a. impulsado
por gasolina fue el de Charles E. y Frank Duryea, producido en 1892. Dos años
después de que la Olds
Motor Works vendiese
más de 17 000 unidades de
su runabout,. que salió al
mercado en 1901, Henry Ford lanzó
su primer vehículo,
un Modelo A de dos cilindros, y, en 1908, presentó el
famoso Modelo T,
cuya fabricación en
cadena permitió
producir 19000000 de unidades en el
curso de los diecinueve años siguientes.
Durante la I
Guerra Mundial el a.
se convirtió en
objeto de
primera necesidad para usos militares y la industria
se incrementó, desarrollándose
velozmente y dando
paso a la
aparición en el
mercado de prototipos de las
más famosas marcas (Ford, Cadillac, Mercedes
Benz, Volkswagen, Renault,
Citroen, Rolls Royce,
Jaguar,
Fiat,
Alfa Romeo, Chrysler, etc. ). Actualmente circulan en el
mundo unos 250 millones de vehículos automóviles, de los cuales, 115 corresponden a EE UU, 20 a Japón, 18 a la
República Federal Alemana, 16 a Francia, 15 a
Gran Bretaña, 13 a Italia, 10 a
Canadá, etc. En España, el
número de vehículos automóviles en
circulación, sobrepasaba, en 1970, los 4 millones.
[adjetivo] [sustantivo masculino] Que
se mueve
por sí mismo; dícese especialmente de los carruajes de
motor mecánico.
Más información: