arbitrismo [
ar-bi-tris-mo]
[sustantivo masculino]
Conjunto de proyectos que,
durante los
siglo XVI, XVII y XVIII, proliferaron en España, ofreciendo las
más variadas y
casi siempre absurdas soluciones a la
profunda crisis económica y
política que aquejaba al
país como consecuencia del mal gobierno, la
deficiente explotación agraria, el
exceso de brazos ociosos, la
evasión del oro y la
plata, el
cierre de los talleres de
manufactura textil, la
importación excesiva de mercaderías extranjeras, la
supresión de mercados y
disminución de actividades comerciales, etc. Los arbitristas pretendían solucionar los problemas a
base de ideas
tan descabelladas
como las de
suponer que el
cambio de yuntas de mulas
por parejas de bueyes salvaría la
agricultura, que las arcas
del erario público enjugarían
su déficit mediante el
procedimiento de
establecer un derecho de
paso por el
estrecho de Gibraltar, que el
sistema para mejorar las comunicaciones e
impulsar el
comercio estribaba en
convertir en navegables todos los ríos españoles, que la
escasez de
mano de
obra y los delirios de
grandeza de la
gente se arreglarían encuadrando a
toda la
sociedad hispana en la
congregación general de Esclavos
del Santísimo Sacramento. Las propuestas de los arbitristas
no dejaron de
ejercer cierta influencia sobre los gobernantes,
aunque entre éstos prevaleciese el
buen sentido.
Por otra parte, la
voz satírica de Quevedo y el
tono critico de
Cadalso se alzaron
también de
modo efectivo contra aquella lluvia de memoriales descabellados. Finalmente, la
aparición de las teorías económicas de Smith y Say y la
difusión en España de la
ciencia económica frenaron el
entusiasmo desatado
del arbitrismo, desacreditándolo y apagando
poco a
poco sus ecos.
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