¿Qué significa américa? (.NET)


América [a--ri-ca]
(Ver también avestruz de América, piña de América, tifo de América).

El segundo continente del mundo por su extensión (42037 784 km). El geógrafo alemán Waldseemüller lo bautizó con este nombre porque creía, erróneamente, que lo había descubierto el navegante italiano Américo Vespucio. También se le suele llamar Nuevo Mundo. Geografía física Está constituido por dos grandes masas de forma triangular unidas por un istmo, el de Panamá, cortado artificialmente por un canal interoceánico. A manera de puente discontinuo se extiende entre ambos subcontinentes el rosario de las islas Antillas. América se halla entre los océanos Atlántico, al E, y Pacífico, al O, y sus tierras abarcan desde el Ártico (72° latitud N) hasta los 56° de latitud S, con una longitud de 16000 km. Incluidas las islas árticas y Groenlandia, la máxima latitud N alcanzada es de 82°. Orográficamente hay que distinguir tres zonas: una occidental con un cordón montañoso y volcánico que recorre el continente de N a S; otra central, de grandes llanuras, formada por la región de las praderas, tanto canadienses como estadounidenses (valle del Misisipí), en América del N, y las grandes llanuras del Orinoco, Amazonas, Chaco y Pampa en América del S; una tercera zona está constituida por las cadenas que se levantan junto al Atlántico, muy antiguas y erosionadas (Apalaches en el N y macizo de las Guayanas y meseta brasileña en el S). La cadena montañosa occidental antes mencionada comprende la cadena Costera y las montañas Rocosas al N, la sierra Madre en México, las cordilleras centroamericanas y, en el S, la cadena de los Andes. Las costas americanas están bañadas por tres océanos, el Ártico, el Atlántico y el Pacífico. El litoral del Ártico es muy recortado y presenta numerosos accidentes, entre ellos los golfos de Amundsen, de la reina Maud y de Boothia, las penínsulas de Boothia, de Melville y de Ungava y las bahías de Hudson y de Ungava. Sus aguas bañan un considerable número de extensas islas, entre las que destaca en primer lugar Groenlandia; le siguen en importancia Tierra de Baffin, Victoria, Ellesmere, Melville, Devon, Sverdrup, Southampton, Príncipe de Gales, etc. ) Las costas del Pacífico presentan la particularidad de estar poco accidentadas salvo en sus extremos N y S, donde son muy recortadas, con fiordos similares a los noruegos y gran número de islas y archipiélagos (Aleutianas, Kodiak, Alejandro, Reina Carlota y Vancouver, en el N, y Chiloé, Chonos, Wellington, Madre de Dios, Reina Adelaida, etc., en el S). En este mismo litoral se hallan las penínsulas de Alaska y California en el N. En la costa del Atlántico se encuentran las penínsulas de Labrador, Gaspé, Nueva Escocia, Florida y Yucatán, los golfos de San Lorenzo y México, el cabo Hatteras, el delta del Misisipí, el mar Caribe y las islas Antillas. La costa atlántica del hemisferio sur presenta los deltas del Orinoco y Amazonas y el estuario del Río de la Plata, la isla Trinidad, las bahías Blanca y Grande, los golfos Matías y San Jorge, y la península de Valdés. Los ríos del Pacífico son cortos, a excepción del Yukón, Columbia y Colorado. Los del Atlántico son generalmente largos y caudalosos: San Lorenzo, Hudson, Misisipí, Misuri, Grande, Orinoco, Amazonas, Sao Francisco, Uruguay, Paraguay, Paraná, Colorado, Negro, etc.

-  Geografía económica Para comprender el panorama económico de América es necesario establecer previamente una neta distinción entre la parte del hemisferio norte correspondiente a los EE UU y Canadá, muy industrializada y con una agricultura controlada por sistemas racionalizados, y el resto del continente, poco industrializado, salvo en los casos de México y Brasil, con la mayoría de sus productos bajo régimen monopolistico y con extensas áreas vacías, estériles o impenetrables. Los cultivos están en íntima correspondencia con la zona climática en que se dan; así en los países de clima templado y continental (EEUU, Canadá, Argentina, Chile, Uruguay) se obtienen grandes cantidades de cereales, vid y frutos mediterráneos, mientras que los productos tropicales (cacao, café, tabaco, caña de azúcar, bananas, etc. ) se cultivan principalmente en los países situado en las zonas tropical y ecuatorial. La riqueza ganadera, especialmente ganado vacuno, se encuentra en los países con grandes llanuras abundantes en pastos (Canadá, EEUU, México, Brasil, Argentina, Uruguay, etc. ). La riqueza del subsuelo es extraordinaria, tanto en combustibles (petróleo e hidrocarburos), minerales útiles (hierro, cobre, plomo, cinc, estaño, nitratos, etc. ) y minerales preciosos (oro, plata, diamantes). La industria se halla centrada en los EEUU; de mucha menos importancia es la de Canadá, México, Brasil, Chile y Argentina.

-  Geografía humana La población alcanza los 500 millones de h, muy desigualmente repartidos, puesto que existen tanto en el N como en el S grandes áreas vacías. Los indígenas, diezmados por la colonización y absorbidos por el alud de inmigrantes del siglo XIX, tienen sólo alguna importancia en México, Centroamérica y países andinos. La trata de esclavos pobló de africanos el S de EE UU, las Antillas, el litoral del Caribe y el nordeste brasileño. El elemento racial predominante es el caucasoide (blanco), localizado masivamente en las zonas septentrional y austral. Del contacto entre las diferentes razas ha surgido una variada gama de mestizos.

-  Historia
Es posible que los primeros pobladores de América fueran emigrantes asiáticos llegados a ese continente a través del estrecho de Bering. En cualquier caso, está probada la existencia humana en América hacia 10000 a. C. (hombre de Tepexpan). La evolución de los primitivos americanos sigue un curso paralelo en casi todas las zonas del continente, pese al aislamiento de las diferentes culturas entre si. Los centros culturales más importantes de la antigua América se situaron en México, Centroamérica y la zona andina. La zona de México, donde existieron florecientes culturas, fue finalmente dominada por los aztecas o mexicas, un pueblo guerrero cuya gran originalidad se manifestaba en sus instituciones sociales —propiedad común de la tierra a través del clan— y en su visión del mundo —su religión no se basaba en el dualismo del bien y el mal; sus dioses contenian a la vez el bien y el mal, la felicidad y la desgracia, en una perfecta combinación dialéctica—. En Centroamérica, a partir de la península de Yucatán, floreció la civilización maya, tal vez la más alta de América por sus conocimientos matemáticos —empleo del cero— y astronómicos —un calendario de gran perfección—. Hacia el sur se desarrolló el imperio teocrático de los incas, que llegó a dominar la mayor parte de la zona andina. Aunque, probablemente, el vikingo Leif Erikson tocó hacia el año 1000 las costas del Labrador, la primera noticia que recibió Europa de la existencia de América le fue comunicada por Cristóbal Colón, que quiso encontrar una ruta inexplorada hacia la tierra de las especias y arribó a Guanahaní (Bahamas) el 12 octubre 1492. Colón creyó haber llegado a las Indias (Asia) y sólo tras su segundo viaje y los sucesivos descubrimientos supo que había encontrado unas tierras desconocidas para los europeos. La conquista se inició poco después; pese al esplendor de sus culturas y a su heroísmo, los pueblos americanos no pudieron resistir cultural, tecnológica ni militarmente a los europeos, herederos de una civilización más antigua y más desarrollada que la suya. España fue la pionera de la conquista —México (Cortés, 1521), Perú (Pizarro, 1524-1531)— y fue seguida por Portugal (Brasil), Francia e Inglaterra. Casi paralelamente a la conquista se inició la colonización, basada en el poblamiento del territorio por emigrantes de las metrópolis y en la constitución de sólidos aparatos administrativos, aparatos de los que quedaban totalmente excluidos los indios —que no pudieron superar el brutal choque con la cultura que les fue impuesta— y, en menor medida, los criollos, cuya absoluta fidelidad a la metrópoli era dudosa, ya que sus intereses eran contrarios a los de la potencia colonial —ésta quería explotar las colonias en beneficio propio, mientras que las colonias deseaban explotar sus recursos de la forma que les fuera más beneficiosa—. El ejemplo de las Trece colonias, embrión de los futuros Estados Unidos, que con la ayuda de Francia se independizaron de Inglaterra en 1776, la Revolución francesa, la buena disposición inglesa para crear un tipo de relación —que excluía la dependencia política— más acorde con los tiempo


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