belleza [
be-lle-za]
(Proviene de la palabra bello).
(Ver también salón de belleza).
[sustantivo femenino]
Conjunto de cualidades
cuya contemplación produce
deleite y
admiración. Suele distinguirse
entre la
belleza física, que aparece
como un conjunto de lineas, masas y colores que placen a la
vista, y la
belleza moral,
propia del alma, de los sentimientos y de las acciones.
Desde un punto de
vista filosófico, el
concepto de b.
varia,
según el
sistema o el
estadio cultural,
desde una interpretación idealista trascendental de
lo bello hasta la
determinación práctica de los criterios estéticos. La
corriente metafísica, iniciada
por Platón, considera la b.
como un trascendente
análogo a la
verdad, la
bondad, que radica en el
ser ideal y
se manifiesta en los objetos naturales. En
este sentido, el
arte como creador de objetos bellos
resulta superfluo,
por cuanto la
idea se reproduce en la
naturaleza creada y
toda repetición resulta inútil.
Aristóteles,
sobre la
misma base, afirmó el
poder que tienen las manifestaciones artísticas de
emocionar y
conducir el
espíritu por los caminos de la purificación o
catarsis. En el
Renacimiento,
se llevó a
cabo el
estudio riguroso de las proporciones y
se consideró que
sólo el
gusto dominante de la
época imponía la
validez de los objetos de
arte.
Por este camino,
se llegó a
plantear el
problema filosófico acerca de los juicios de
belleza. Kant afirmó
su aspecto subjetivo, que
no admite
contradicción entre la
norma y el
instinto vital. El
romanticismo proclamó la
exaltación de
lo peculiar e
individual hasta el
límite de
lo sublime. En el
siglo XX, la →estética
ha seguido una doble corriente:
por un lado,
se considera
lo bello como un valor en
sí que
se intuye de
una manera pura,
no intencional sino directa, en el objeto;
por otro,
se desprecia la
noción de
belleza por carecer de
sentido y
se considera el
fenómeno artístico en
cuanto significativo
para un público,
dentro de
una situación
social concreta.
Así mismo se ha extendido la
noción de b., que
abarca la funcionalidad o
adecuación del objeto con su uso o
finalidad.
[sustantivo femenino]
Armonía de las personas o de las cosas que
nos produce
admiración o
deleite espiritual.
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