cetácea [
ce-tá-ce-a]
(Esta palabra proviene del latín científico cetaceus, del griego κῆτος 'monstruo marino, ballena' y el latín -acĕus '-áceo').
[adjetivo] y [sustantivo masculino] Dícese de mamíferos pertenecientes a la
familia cetáceos.
- [sustantivo masculino] [plural]
Orden de mamíferos que comprende formas exclusivamente adaptadas a la
vida acuática, y
generalmente de
gran tamaño. El
cuerpo de los c. es
parecido al de los peces, y presenta
poca resistencia al
desplazamiento en el agua; la
cabeza suele
ser muy grande, alcanzando en algunas especies la
mitad de la
longitud total del animal; las extremidades anteriores
se han transformado en aletas,
con función estabilizadora
durante la
natación,
mientras que las posteriores han desaparecido, quedando solamente,
como vestigios de la
pelvis,
unos nódulos óseos en el
interior del cuerpo. Muchos c. tienen
una aleta dorsal,
también con función estabilizadora, que,
como la
cola,
no puede considerarse derivada de
alguna otra parte del cuerpo de los mamíferos terrestres. La
cola se dispone horizontalmente, a
diferencia de la de los peces, y
se encarga de la propulsión
del animal mediante movimientos en el
plano vertical; los c. pueden
alcanzar, desplazándose impulsados
por la
cola, velocidades extraordinarias. Muchos tienen
una inmensa boca, en
especial las formas desprovistas de dientes (ballena). En estas especies la
lengua se encarga de
filtrar el
agua ingerida
contra las barbas o ballenas, reteniendo el plancton de que
se alimentan. En las formas provistas de dientes, éstos
son numerosos y similares,
si bien existen especies en que
su número es reducido, y
hasta algunas en las que faltan
por completo; los c.
con dientes (odontocetos),
se alimentan de peces, cefalópodos y otros c. El
aparato digestivo posee
un buche desprovisto de glándulas,
un divertículo en el que
se vierten las secreciones intestinales y
un larguísimo intestino; el
ano es
ventral. Los aparatos circulatorio y
respiratorio manifiestan de diversas maneras la
adaptación de los c. a la
vida en el agua; los orificios respiratorios presentan válvulas que impiden la
entrada de
agua cuando el
animal está sumergido;
su posición es
siempre dorsal. La tráquea, los bronquios y las ramificaciones de éstos poseen anillos musculares que permiten
cerrar una vía determinada
del árbol respiratorio. El
consumo de
oxígeno por parte de los tejidos y la
actividad cardiaca disminuyen
cuando el
animal está sumergido; todas estas circunstancias, combinadas
con la
capacidad para mantener una reserva de
oxígeno en las numerosas redes de vasos sanguíneos distribuidas
bajo la
piel y
entre los músculos, permiten a los c.
permanecer largo
tiempo sumergidos, y
alcanzar profundidades de
hasta 1000 [sustantivo masculino]
Otra de las adaptaciones que el
grupo presenta a la
vida en aguas frías es la
capa de
grasa subcutánea que poseen muchas especies, y que es la
principal causa de que el
hombre las persiga. Los c.
se originaron seguramente en el
eoceno, a
partir de
una rama probablemente relacionada
con los primeros creodontos, y
tras una evolución rapidísima que los convirtió en formas semejantes a las actuales.
Hoy los c. constituyen
un grupo floreciente, a
pesar de la
persecución humana, que
ha llevado a muchas especies al
borde de la
extinción. La
mayor parte de las formas que comprende
son marinas, y propias de zonas frías,
pero no faltan las formas fluviales y tropicales. Los c. actuales
se agrupan en dos subórdenes, los odontocetos, que
son las formas provistas de dientes, y los misticetos o mistacocetos, que poseen barbas o ballenas. Las principales familias de cetáceos
son los delfínidos, monodóntidos, fisetéridos, zífidos, platanístidos y balénidos.
cetacea [adjetivo] [sustantivo masculino] [Zoología] Dícese de los mamíferos acuáticos, pisciformes,
como el
delfín y la
ballena.
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