celtolatina [
cel-to-la-ti-na]
[adjetivo] Dícese de las palabras de
origen céltico incorporadas al
latín.
célula [sustantivo femenino]
Pequeña celda,
cavidad o
seno.
- Unidad elemental de
una estructura.
- Por extensión,
grupo organizado y reducido de militantes de
un partido político.
- En
biología,
unidad anatómica, fisiológica y genética de todos los seres vivos eucariotas.
Descubierta en 1665
por Robert Hooke al
observar corcho al
microscopio, fue
objeto de
estudio en los tiempos posteriores,
hasta el
descubrimiento del núcleo (Fontana, 1789) y de los
demás orgánulos que la componen.
Su conocimiento ha ido avanzando a
medida que
se perfeccionaban los instrumentos ópticos
con los que
era observada. De
tamaño generalmente microscópico,
su forma suele
ser esferoidal o poliédrica y en ella
se observan,
como partes principales,
una membrana,
un citoplasma y
un núcleo. La
membrana es el
conjunto de
material que rodea externamente la c. De
un grosor de aproximadamente 100 Á, está
compuesta de proteínas y lípidos y tiene
como misiones
mantener la
individualidad celular,
proteger la c., regir el
intercambio de sustancias nutritivas y de
desecho, y
regular la
presión osmótica
del citoplasma.
Además de esta
membrana plasmática pueden
existir otras membranas secundarias
más externas que reciben
generalmente el
nombre de cápsulas, de
naturaleza quitinosa en los animales y celulósica en los vegetales. El
citoplasma es la
sustancia que
se encuentra, formando la
mayor parte de la c.,
entre la
membrana y el
núcleo. Está constituido
por una materia fundamental, o hialoplasma, en la que
se encuentran
una serie de orgánulos vivos (metaplasma) y diversos gránulos inermes (paraplasma o deutoplasma). El hialoplasma está constituido fundamentalmente
por agua, que sirve a
modo de disolvente y de
medio físico en el que
se realizan las reacciones bioquímicas
del metabolismo.
Además, posee sustancias inorgánicas en
forma de sales minerales y sustancias orgánicas macromoleculares (polisacáridos y proteínas) y micromoleculares (azúcares, grasas, ácidos orgánicos, etc. ). El metaplasma contiene todos los aparatos y órganos celulares que manifiestan
una actividad vital. Los
más importantes
son el
condrioma, los plastos, el
centrosoma, el vacuoma, el
aparato de Golgi, los microsomas o ribosomas, el ergastoplasma y los lisosomas. El
condrioma es
un conjunto de orgánulos, llamados mitocondrias, que
se encuentran en el
seno del hialoplasma.
Cada mitocondria posee
una doble membrana que en la
parte interna está tabicada formando
unos repliegues que aumentan
su superficie.
Entre estos tabiques o crestas mitocondriales
se halla
un líquido denominado
matriz, que contiene enzimas metabólicos y de oxidorreducción. Las mitocondrias
son los orgánulos encargados de las oxidaciones biológicas, es
decir, intervienen en los procesos de
respiración celular, tienen
forma alargada y elipsoidal, y
su tamaño oscila
entre 0, 5 y 2 mieras. Los plastos
son corpúsculos propios de las c. vegetales, de
tamaño ligeramente
mayor (2 a 5 micras), constituidos
por lípidos, proteínas y
clorofila. Poseen
una forma muy variable,
aunque en las plantas superiores suelen
ser más o
menos esferoidales. Están completamente laminados y presentan repliegues (llamados grana)
donde se localiza la
mayor parte de la
clorofila.
Su misión consiste en
verificar la
fotosíntesis. El
centrosoma suele hallarse en las proximidades
del núcleo. Está formado
por un corpúsculo simple o
doble llamado
centriolo, de
forma cilindrica y constituido
por tubos paralelos.
Alrededor del centriolo se halla
una zona clara de hialoplasma,
llamada microcentro, rodeada de
otra más clara, la
centrosfera, de la que parten, en las meiosis y mitosis,
unas fibras radiales (áster).
Su misión estriba en el
movimiento de los cromosomas en las c. en
división.
También interviene en el
movimiento de los cilios o flagelos de las c. que los poseen. El vacuoma es el
conjunto de vacuolas o cavidades que
se hallan en el hialoplasma, separadas de éste
por una membrana o tonoplasma.
Su misión consiste en la
acumulación de sustancias de
reserva y
desecho de la c., a la
vez que suministran la
presión interna suficiente y el
grado de imbibición
necesario para la
vida celular. El
aparato de Golgi, difícilmente
visible en las c. vivas, aparece,
mediante fijación y tinción,
como un retículo irregular, situado normalmente
cerca del núcleo, y relacionado
con la
actividad metabólica
celular (sobre
todo, en
lo que
se refiere a la
síntesis y expulsión de secreciones). Los microsomas o ribosomas
son pequeños corpúsculos, de
tamaño variable
entre los 100 y los 1 500 Á, compuestos
por ARN y proteínas. Forman la
mayor parte del metaplasma y
su función consiste en la
traducción del mensaje genético en la
síntesis de las proteínas. El ergastoplasma es
una masa laminar de características
muy parecidas al
aparato de Golgi,
del que
se diferencia porque aparece
rugoso (por
estar completamente
cubierto por ribosomas).
Su función está relacionada
con la
síntesis proteica y de distintas sustancias celulares. Los lisosomas, finalmente,
son pequeños orgánulos semejantes a ribosomas que contienen enzimas digestivos y de la lisis
celular. El deutoplasma o paraplasma comprende las sustancias inertes que
se hallan en el
interior de la c. En los animales pueden presentarse proteínas, grasas y glucógeno; en los vegetales, granos de
almidón, cristales de
aleurona, esencias, colorantes, taninos, alcaloides, etc. La
tercera parte fundamental de la c. es el
núcleo. Es éste
un corpúsculo mayor,
más o
menos esferoidal,
generalmente único, de
tamaño constante para cada tipo celular;
su posición habitual es la
del centro de la c.,
pero puede
quedar desplazado
por vacuolas, gotas de
grasa, etc.
Durante la interfase
se aprecian en él la
membrana nuclear o
carioteca, el
jugo nuclear o
cariolinfa, la
cromatina, los cromocentros y los nucléolos. La
membrana nuclear es
una película doble que deja algunos poros tapizados solamente
por la
parte más interna. Sirve
para proteger el
núcleo y
para regular el
intercambio de sustancias
entre éste y el
citoplasma. El
jugo nuclear está formado preponderantemente
por agua y
una dispersión coloidal de proteínas
con viscosidad estructural. La
cromatina está formada
por núcleoproteínas que contienen
ADN.
Durante la
fase de
reposo se halla en
estado de filamentos invisibles al
microscopio, que, a veces, forman grumos llamados cromocentros.
Durante las →mitosis y →meiosis la
cromatina se convierte en los →cromosomas. Los nucléolos
son uno o dos corpúsculos que
se tiñen de
modo distinto que la
verdadera cromatina porque están formados
por ARN y proteínas.
Su función parece
estar relacionada
con la
organización de los cromosomas
durante la
división celular.
Entre las funciones de la c. existen las de
nutrición,
relación y reproducción. Esta
última puede verificarse directamente (división) o indirectamente (mitosis),
aunque se pueden
presentar también casos de esporulación y
gemación. La
nutrición puede
ser autótrofa,
si los principios inmediatos
se forman a
partir de sustancias inorgánicas y
energía solar, o heterótrofa,
si se requieren principios inmediatos
ya formados; en
este caso, el
alimento entra
por difusión,
por poros especiales o
bien a
través de fagocitosis. El
movimiento de las c. puede
ser debido a deformaciones
del citoplasma (pseudópodos) o a órganos especiales (como
son los cilios y los flagelos).
- Conjunto de
fuselaje y las
alas de
un avión.
- c. de Kerr: dispositivo destinado al
estudio de la
birrefringencia eléctrica en líquidos. Consiste en
un recipiente de
vidrio cilindrico, provisto de dos placas metálicas planas
entre las que
se establece
una diferencia de
potencial, sometiendo
así el liquido a
un campo eléctrico suficientemente
intenso. La c. de Kerr fue
usada con éxito en mediciones de la
velocidad de la
luz.
- c. electrolítica: denominación genérica que
se utiliza
para indicar todo recipiente en el que tienen
lugar fenómenos electroquímicos.
- c. fotoeléctrica: dispositivo consistente, en
esencia, en dos electrodos situados en
un recipiente en el que
se ha practicado el vacio; la
acción de los rayos luminosos
sobre el
cátodo hace que
se arranquen electrones
del metal (efecto fotoeléctrico), estableciéndose
una corriente eléctrica que
resulta detectable
mediante un galvanómetro. El
número de electrones arrancados aumenta
con la
intensidad de la
luz incidente, y
su frecuencia posee
un límite que depende
del trabajo necesario para extraer el
electrón (por debaj
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