aparato [
a-pa-ra-to]
(Esta palabra proviene del latín apparātus).
- Es una
conjugación del
verbo aparatar. Si lo desea puede consultar la
conjugación completa del verbo aparatar.
[sustantivo masculino]
Apresto,
reunión de
lo que
se necesita
para algún fin.
- Pompa,
ostentación.
- Circunstancia o
señal que precede o acompaña a
alguna cosa.
- Artificio mecánico compuesto de diferentes piezas combinadas
para un determinado
fin. En determinadas circunstancias
se emplea
para designar específicamente,
según los casos,
un avión,
un receptor telefónico,
un soporte de
luz, etc.
- Apósito,
vendaje o
artificio que
se aplica al
cuerpo humano con el
fin de
curar una enfermedad o
corregir un defecto físico.
- Conjunto de órganos que en los animales o en las plantas concurren al desempeño de
una misma función.
- Conjunto de síntomas
con que aparece
alguna enfermedad grave.
- a. circulatorio: conjunto de órganos que tienen la
misión de
distribuir por todas las células
del cuerpo de
un animal las sustancias nutritivas obtenidas de la
ingestión del alimento, y el
oxígeno absorbido
mediante la respiración;
también se encarga de
llevar al
aparato respiratorio el
anhídrido carbónico resultante de la
actividad celular, y al
sistema excretor las sustancias de
desecho del organismo, que han de
ser expulsadas de éste. En los animales unicelulares, o
muy pequeños, que viven en
medio líquido, el
transporte de sustancias en el
organismo se realiza
por simple difusión, siendo
innecesario un aparato c. En estos casos, el
medio interno se reduce al
líquido que ocupa los espacios intercelulares (linfa), el
cual no es circulante. En animales de
organización más avanzada aparecen lagunas sanguíneas o hemoceles, que
son espacios situados
entre los órganos, y ocupados
por acumulaciones de la citada
linfa intercelular. En
general,
tampoco el
líquido de las lagunas sanguíneas circula,
pero puede desplazarse de
un punto a
otro del cuerpo del animal,
merced a las contracciones y movimientos de éste. Los animales de
organización más avanzada (celomados y algunos pseudocelomados), poseen
ya un verdadero aparato c., es
decir,
un conjunto de canales y conductos a
través de los cuales
se mueve el
líquido sanguíneo, derivado de, y a veces
idéntico a, la
linfa intercelular.
Según que el
líquido circulante
se mantenga
siempre en el
interior de los vasos sanguíneos, o salga de éstos,
para desembocar en lagunas sanguíneas
más o
menos amplias, el
correspondiente sistema c.
se llama cerrado o
abierto. Los artrópodos y los moluscos,
por ej., tienen sistemas c. abiertos,
mientras que la
mayor parte de los restantes grupos los tienen cerrados. En algunos animales,
como los equinodermos, coexisten
ambos tipos de sistemas c. El
sistema c.
cerrado, en
su caso más simple, consiste en algunos grandes vasos sanguíneos interconectados;
tal es,
por ej., el
sistema c. de los nemertinos.
Pero generalmente,
todo aparato c. evolucionado presenta
uno o varios órganos impulsores de la
sangre, los llamados corazones, y
una tupida red de vasos de
muy pequeño diámetro, cuyas paredes constan de
una sola capa de células, y que
son los vasos capilares. En los vertebrados y en algunos invertebrados, aparecen
también dos clases de grandes vasos, las arterias, que transportan la
sangre que sale
del corazón, y las venas, que vuelven a él. Los vertebrados poseen
siempre circulación cerrada,
corazón, arterias, venas y capilares,
pero en ellos
se distinguen
también varios tipos de sistemas c.,
según que la
sangre pase una sola vez por el
corazón durante su recorrido c. (circulación
simple,
propia de los peces y de las larvas de los anfibios) o
bien pase dos veces,
como ocurre en los vertebrados terrestres (circulación doble). La
separación entre las sangres
arterial y
venosa puede
ser total (circulación
completa,
propia de mamíferos y aves) o
parcial (circulación
incompleta,
característica de los anfibios y reptiles). La
estructura concreta del sistema c. de los vertebrados es
bastante compleja:
corazón y vasos derivan
del mesodermo
del embrión, y
su disposición inicial semeja la de los procordados o la de los vertebrados primitivos (ciclóstomos).
Después, el
sistema se complica,
tanto más cuanto más avanzado es el
grupo considerado.
Así, en los peces,
todavía se manifiesta la
disposición segmentaria
inicial en los vasos que comunican el
corazón con las branquias (arcos aórticos), y en la
propia estructura del corazón, que podría compararse a
un tubo en
forma de S. En los vertebrados superiores, el
número de arcos aórticos
se reduce;
son tres en
cada lado en los anfibios, y
también tres en
cada lado,
pero sometidos a diversas modificaciones, en reptiles, aves y mamíferos. En los dos últimos grupos, la
arteria aorta, las pulmonares, subclavias y carótidas, derivan de los primitivos arcos aórticos de los peces. La
circulación de los vertebrados
no se limita al
circuito sanguíneo:
además existe
un sistema circulatorio
linfático, que conduce
linfa y vierte en el
sistema circulatorio
sanguíneo. En algunos animales,
como la
rana, el
sistema linfático está dotado de órganos impulsores (corazones linfáticos). En el
hombre, el
aparato c.
se compone de
una bomba muscular, el
corazón, que impulsa la
sangre hacia las arterias
del circuito pulmonar y
hacia las
del circuito sistémico. Las arterias, que reciben la
sangre con una cierta presión,
son conductos elásticos que amortiguan el
choque intermitente de la
sangre (pulso), de
modo que el
flujo se mantenga
constante. La ramificación de las arterias
forma las arteriolas,
sistema de
resistencia en el que
se gasta la
mayor parte de la
presión y que origina las redes capilares, a
cuyo nivel la
sangre circula lentamente, separada de los tejidos
del organismo únicamente
por una capa de células,
lo que permite el mutuo
intercambio de sustancias. Las redes capilares,
según la
actividad del tejido que irrigan, pueden
estar abiertas o cerradas, regulando la
distribución de la
sangre a los distintos órganos. La
reunión de los capilares constituye las vénulas y éstas forman las venas, que
se dirigen al
corazón, completándose el
sistema cerrado. Las arterias
del circuito pulmonar conducen la
sangre de los compartimientos derechos
del corazón (sangre venosa)
hacia el
tejido pulmonar, en cuyos capilares cede dióxido de
carbono y recibe oxígeno; las venas pulmonares conducen la
sangre de los tejidos
del pulmón a los compartimientos izquierdos
del corazón. De
ahí, a
través de la
aorta, la
sangre es impulsada
hacia el
circuito sistémico, llegando a todos los tejidos
del organismo, en cuyos capilares,
se realizan los intercambios de sustancias y la
cesión de
oxígeno. A
través de las venas, que acaban confluyendo en las dos venas cavas, la
sangre vuelve a los compartimientos derechos
del corazón, reiniciándose el
ciclo.
- a. de Golgi: →célula.
- a. digestivo: conjunto de órganos
característico de todos los animales y
cuya función es
preparar los alimentos ingeridos
para que puedan
ser asimilados directamente
por las células. Solamente
falta o está atrofiado en los animales unicelulares, o en especies parásitas, que absorben los alimentos
ya elaborados
por su huésped. A
pesar de que
toda la
célula se halla en
contacto con el
medio, algunos protozoos poseen
también un a. digestivo rudimentario, consistente en
una porción especializada
del citoplasma; ello ocurre especialmente en las especies
cuyo alimento requiere
una elaboración para ser asimilado,
elaboración que
se realiza en vacuolas digestivas peculiares. En las esponjas, las células digestivas, o coanocitos, toman
también directamente el
alimento del exterior y
lo elaboran de
manera similar a los protozoos. En los cnidarios y ctenóforos, las células de la
pared digestiva siguen hallándose en
contacto con el
medio externo,
pero existe
ya una cavidad del cuerpo en la que
se segregan enzimas digestivos que llevan a
cabo la
descomposición de los alimentos. En todos estos grupos, al
igual que ocurre en la
mayor parte de los gusanos, faltan estructuras bucales encaminadas a
realizar un desmenuzamiento de los alimentos que permita
más fácilmente
su descomposición. Las porciones diferenciadas
del aparato digestivo aparecen en los platelmintos, concretamente en las formas libres, que presentan
ya una faringe comunicada con uno o
más tubos ciegos, en los que
se realiza la
digestión,
pero en los que sigue existiendo
un orificio único para comunicar el
aparato digestivo
con el
exterior. El
ano aparece en gusanos
como los nemertinos y los nematodos. Los invertebrados superiores,
como los artrópodos y moluscos, presentan
ya un aparato digestivo
complejo,
con piezas bucales especializadas
para la prensión y fragmentación
- Es una
conjugación del
verbo aparatar. Si lo desea puede consultar la
conjugación completa del verbo aparatar.
[sustantivo masculino]
Prevención,
apresto.
- Instrumento o instrumentos que sirven a determinado
fin.
- [sentido figurado]
Pompa,
ostentación.
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