celta [
cel-ta]
(Esta palabra proviene del latín celta).
[adjetivo] [sustantivo] Dícese
del individuo de
un grupo de pueblos indogermánicos que
se establecieron en el
occidente europeo.
- [adjetivo] Perteneciente o relativo a dichos pueblos.
- [sustantivo masculino]
Idioma de los celtas. Pertenece a la
familia indoeuropea.
Se divide en dos grandes grupos:
insular y
continental. El
insular, a
su vez,
se subdivide en
gaélico o
goidélico (formado
por el irlandés, el escocés y el manx o de la
isla de Man) y
británico (constituido
por el galés o
cámbrico, el
cómico y el bretón). Excepto el
cómico, que
se habló en
Cornualles y desapareció
hacia el
siglo XVIII, los
demás subsisten
con mayor o
menor fuerza en distintos puntos de
Gran Bretaña y en la
península armoricana francesa. En
cuanto al
celta continental,
se conoce solamente a
través de inscripciones anteriores a nuestra era;
no obstante, en las zonas en
donde se habló, ejerció al
parecer su influencia en la
evolución de la
lengua latina.
También ha dejado sus huellas en la toponimia.
- [sustantivo masculino] [plural]
Este mismo grupo de pueblos, llamados
keltoi por los griegos y
galli por los romanos.
Su territorio primitivo estaba situado, al
parecer,
entre el Rin y el Danubio (SO de la
actual Alemania) y la
Gran Bretaña. En el
siglo III a. C., atacaron los reinos helenísticos, conquistaron Tracia, pasaron a
Asia Menor y
se instalaron en la
región que tomó de ellos el
nombre de Galacia. Otros topónimos análogos marcan los límites de
su expansión: Galitzia, Galicia. A estas migraciones hay que
añadir una serie de incursiones (la
más famosa, la
destrucción de
Roma por Breno en 385 a. C. ) seguidas, a veces, de establecimientos de
población (Galia Cisalpina).
No hubo
por parte de los c.
ningún intento de
constituir un imperio:
su extraordinaria capacidad para adaptarse y
asimilar nuevas técnicas
les llevó a fundirse
con los pueblos indígenas y a
imitar a
aquellos de
cultura superior (griegos, etruscos, italiotas). Originariamente fueron
un pueblo ganadero,
pero se adaptaron a la
agricultura y
se les debe un invento de
gran importancia: el
arado de ruedas. Eran habilísimos en el
trabajo de la madera; excelentes metalúrgicos, conocedores de la
minería. Organizados en clanes, el
poder estaba en manos de la
aristocracia,
pero ejercían
gran influencia los druidas, miembros de
una clase sacerdotal
depositaría de las tradiciones (y,
por tanto, de
un difuso sentimiento nacional), y a la
vez magos y adivinos.
Religión La
concepción clara de la
divinidad parece
haber ido precedida,
entre los c.,
por una especie de
animismo que atribuía pasiones y
voluntad a objetos naturales, lugares, elementos y animales,
culto que pervivió
para venerar al
Sol, la
Luna, el
mar, el
viento, las fuentes y montañas, los caballos, los cuervos, el
toro, etc. Merecen
ser citados,
entre los dioses personales, Teutates, Esus, Taranis, Ogmios (patrón de la
sabiduría y la elocuencia), Dagde (“buen dios”),
Brigit, etc. Al
parecer,
no había
una deidad suprema. La
creencia más notable de los druidas, compartida
por el
pueblo,
era la de la
inmortalidad del alma, que,
tras cada muerte, pasaba a
otro cuerpo humano. La
adivinación desempeñaba
un importante papel social. En
época de calamidades
se ofrecían sacrificios humanos.
Arte muy original, de
carácter decorativo y simbólico. Actualmente, los c.,
como pueblo,
no existen,
pero pueden considerarse descendientes
suyos los bretones, galeses, gaélicos de Escocia y los irlandeses, cuyas lenguas o dialectos derivan
del celta antiguo.
[adjetivo] [sustantivo] De
un antiguo pueblo del occidente de Europa.
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