conocimiento [
co-no-ci-mien-to]
(Ver también testigo de conocimiento).
[sustantivo masculino]
Acción y
efecto de
conocer.
- En
filosofía, la
teoría del c. comprende el
conjunto de soluciones y respuestas al
problema del conocimiento.
Desde Descartes, y principalmente
desde Kant, esta
teoría se ha valorado
como el
punto central, y
aun previo, de
toda filosofía,
incluso se ha pretendido erigirla en
una disciplina autónoma. El
problema filosófico es
capital,
pero conectado
con otros
como el
ser y el
concepto de
realidad,
ya que el c.
forma parte de la
realidad, es
su dimensión. La
teoría del c. comprende el
planteamiento del problema y la
validez del c., el
criterio de
certeza, los límites
del c., dinamismo o formas
del c., los grados de
seguridad y la
expresión del c. (el
lenguaje y
sus usos). Algunos epistemólogos incluyen la
cuestión sobre la
posibilidad del c.,
pero todos los filósofos que han
tratado sobre la
posibilidad lo han
hecho a posteriori: el
problema está
implícito en el de la
validez. Kant
no se pregunta si son posibles los juicios, solamente
busca una construcción correcta de la
explicación de
cómo son posibles los juicios científicos.
Así mismo, el
aspecto de la
naturaleza y
origen del c. es
tratado por la
psicología racional,
pero está íntimamente
ligado a la
teoría del c. y a la
visión de la
realidad. El
problema es
sencillo en
su formulación: ¿coincide la
realidad con el c. que
yo tengo de ella?, o en otros términos: ¿existen juicios o actos
del c.
donde la
dualidad del objeto y el
sujeto se unifique, y
eso de
forma tal que esté
impuesto por la
realidad? A esta formulación
se llega
por la fenomenología
del c. El c. es
una dimensión de la
realidad (cualquiera que sea el
sentido que
se le dé)
por la
cual la
realidad es
consciente de sí; es
una implicación de la
realidad sobre sí; es la
realidad en
mí.
Trato de
saber si soy
yo en la
realidad,
si soy la
medida de la
realidad o
me sobrepasa.
Conocer la
realidad es objetivizarla en
mí, hacerme
objeto.
Conocer un objeto es relacionarlo
con mi yo y
experimentar que es
distinto de
mí, en qué difiere (su peculiaridad); es
conocer su relación a
mí y a la
vez experimentar la
imposibilidad de
ser yo el objeto; conozco
mi vivencia
ante él,
una experimentación de la
dualidad yolo
otro. La
solución a esta
dualidad,
si existe,
debe realizarse en los actos psíquicos internos, en los que la
propia vivencia sea
objeto y
sujeto a la
vez, independientemente de
si los contenidos de la vivencia
se realizan o
no. Y esto
por la
constitución del c. de
tender intencionalmente al
objeto, y simultáneamente
atender al
hecho de
tender. Las
corrientes filosóficas que han
tratado el
problema del c. pueden agruparse en:
escepticismo (generalmente
se trata de
un escepticismo moderado), que rechaza la
posibilidad de
un c.
cierto, al enfatizar la
dualidad de los dos términos (sujetoobjeto) de
naturaleza dispar, o
por la
insuficiencia de los motivos
para un asentimiento firme (el
error,
engaño de los sentidos, etc. ); el relativismo, que subraya el
carácter de
proyección del c. que tiende a hacerse
objeto, a apropiárselo,
por lo que el c. depende de la
estructura mental, de la
utilidad, etc., variable
según los sujetos, culturas, clases sociales, etc.; el
idealismo niega la
dualidad en el c. o la
trascendencia,
todo c. es
inmanente al sujeto; el
realismo acepta la
imposición de la
realidad al c. y en casos extremos (dogmatismo,
realismo ingenuo) afirma la
perfecta adecuación del c. a la
realidad en todas las formas de c.; otras
corrientes como el
tradicionalismo, fideísmo,
filosofía del sentido común,
del consenso universal, etc., acuden a criterios extrínsecos a la
autonomía del c. Los criterios de
certeza se relacionan
con la
experiencia,
con la
cual la
realidad se hace
evidente,
se impone al c. en
su necesariedad. En
cuanto a las formas
del c. o fuentes
del conocer, existe
un c.
sensible,
un c.
intelectual,
un c.
intuitivo y otros
sólo admiten
un c.
integral, en el que participa la
persona entera (sentidos, sentimientos,
voluntad, razón). En todas estas formas de
conocer, el
entendimiento no llega
por igual a la
realidad, de
ahí los límites
del c. y los diversos grados de
certidumbre o
estado de la
conciencia respecto a
una verdad (certeza,
probabilidad,
opinión,
creencia,
duda, ignorancia) y la
posibilidad del error.
Uno de los aspectos
más fecundos de la
teoría del c. consiste en
estudiar el dinamismo
del c. que
se manifiesta en polaridades: presencia-distanciamiento, proyección-retrospección, identidad-dualidad, pasividad-actividad, objetividad-subjetividad, etc. Finalmente, en el desarrollo
del c. influyen de
una manera definitiva las ideas generales, que constituyen la
estructura del lenguaje como expresión de ellas,
por lo cual,
una dirección importante de la epistemología
se ha desarrollado en
torno a ¡as ideas generales (nominalismo,
conceptualismo, realismo) o al
análisis del lenguaje (neopositivis-mo, neorrealismo inglés).
- Entendimiento,
inteligencia,
razón natural.
- Conocido,
persona con quien se tiene
algún trato,
pero no amistad.
- Cada una de las facultades sensoriales
del hombre.
- Documento comercial que da el
capitán de
un buque mercante, en que declara
tener embarcadas en él ciertas mercaderías que entregará a la
persona y en el
puerto designados
por el remitente.
- Documento o
firma que
se exige o
se da
para identificar la
persona del que pretende
cobrar una letra de
cambio,
cheque, etc.,
cuando el pagador
no le conoce.
- [plural]
Noción,
ciencia,
sabiduría.
- c. de embarque: documento en el
cual un capitán de
buque reconoce
haber recibido
una consignación de bienes y
se compromete a entregarlos al
consignatario.
[sustantivo masculino]
Acción de
conocer.
- Entendimiento,
inteligencia.
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